Luego de las múltiples manifestaciones de pesar y
los homenajes ofrendados tanto en Colombia como en México por la muerte del
egregio escritor Gabriel García Márquez, y reposados los ánimos por la
consternación de su partida, me atrevo a opinar en torno a la conmoción que
causó el desafortunado trino de una congresista electa, satanizada por la
opinión en medio de la consternación que se vivía, coincidentemente, en la Semana
Santa.
Si el mensaje en la poderosa red de Tweeter hubiese
derivado de un ciudadano cualquiera, parroquiano del común o cacique como los
que abundan en nuestra fauna política, no habría generado tal revuelo como el
que se produjo por provenir de María Fernanda Cabal, a quien muy pocos
colombianos conocen, pero cuya influencia es innegable por tratarse de la
cabeza visible en Bogotá del Centro Democrático y ficha fundamental del
expresidente Álvaro Uribe Vélez, en el tablero de ajedrez que piensa armar a
partir del 20 de julio en el Congreso.
Cabal, esposa del presidente de Fedegan, José Félix
Lafourie, hoy representante electa con los votos de Uribe, ha provocado más de
un escándalo por sus devaneos de extrema derecha y su pensamiento ultraconservador,
su prepotencia y su homofobia, solo comparables con las posturas fascistas del
Procurador Alejandro Ordóñez, lo cual le valió para ocupar importantes
posiciones en Colombia y en el exterior.
No sé, si por ignorancia política, afán mediático o
intolerancia a las ideas ajenas, la “novel” congresista -unas horas después de
conocerse el fallecimiento de Gabo- publicó en su cuenta de tweeter una
fotografía del escritor junto a Fidel Castro, acompañada por la frase "pronto
estarán juntos en el infierno".
Tras notar la reacción inmediata en las redes
sociales, trató de justificar su actitud, pero ya era tarde. Como una bola de
nieve creció el disgusto en las redes sociales y al contrario de lo que ella
suponía, por tan grande sacrilegio fue enviada al purgatorio.
En Aracataca, la tierra del Nobel de Literatura
colombiano, se le declaró a María Fernanda como “persona no grata”; un abogado
la demandó ante la Corte Suprema de Justicia por sus ofensivas declaraciones,
acusándola de “discriminación” y “hostigamiento”; el expresidente Ernesto
Samper expresó que “con las declaraciones de la
representante sobre Gabo y el infierno, aparecieron los cachos y el tridente
del infierno uribista” y el Vicepresidente Angelino Garzón señaló que libertad
de expresión no significa derecho al odio.
El propio Jefe del Estado, desde México dijo que se
“haría matar porque mis contrarios puedan decir lo que quieran decir, pero en
este caso me pareció que más que una locura fue una falta de respeto con una
persona que como Gabo representa, no solamente a Colombia sino a América Latina, para que esta señora haya escrito semejante trino, realmente deplorable, pero creo
que está pagando su error”.
Pero hagamos memoria…
En enero 17 de este año, en una entrevista con
Edgar Artunduaga para la página “Kienyke” Cabal hizo una profunda defensa del
paramilitarismo, tras advertir que la historia de Colombia está mal escrita.
Aseguró que aquí se han soslayado 50 años de
matanzas, de las FARC y del ELN, y “vino a ser importante la muerte de
campesinos cuando empezaron los paramilitares a actuar”.
Luego agregó que los paramilitares son posteriores
a la guerrilla y “simplemente hay que entender el conflicto en cuanto a la
agresión y a la respuesta”.
En numerosas ocasiones su esposo José Félix
Lafourie, ha sido cuestionado por una supuesta cercanía con Mancuso y otros
paramilitares hoy detenidos en los Estados Unidos.
Antes, en 2006, María Fernanda, quien ocupaba el
cargo de Directora de Asuntos Internacionales de la Fiscalía, fue implicada en
una supuesta filtración de información clasificada sobre las guerras intestinas
en la entidad, lo cual generó la salida de la directora del CTI Marilú Méndez.
La DEA se quejó entonces ante el Fiscal General
Mario Iguarán, por la fuga de seis extraditables porque alguien les filtró
información privilegiada. El escándalo le costó el puesto a María Fernanda
Cabal, pero no generó ningún efecto posterior.
Con estos antecedentes lo que hay que tomar en
cuenta es lo que se le viene encima al país, con un Congreso en donde buena
parte de sus miembros están llamados a interferir el proceso de paz, bajo la
dirección del dueño supremo de los votos del Centro Democrático.
No hay que desviar el horizonte, pues las
afirmaciones ligeras de María Fernanda Cabal, se las llevará el viento,
mientras la gloria de nuestro Nobel de Literatura Gabriel García Márquez, como
en la arenga del cura peruano José Domingo Choquehuanca a Bolívar,
“con los siglos crecerá, como
crece la sombra cuando el sol declina”.
Pero lo importante es entender lo que hay entre
líneas en este suceso y otear el panorama frente a la nueva legislatura.