lunes, 10 de marzo de 2014

ELECCIONES LEGISLATIVAS, SIN PENA NI GLORIA

Pese a las expectativas, la jornada electoral legislativa pasó sin pena ni gloria, antecedida de una campaña sin mayores motivaciones ideológicas, sin programas de cambio social ni de participación ciudadana; sosa, aburrida, dominada por los caciques, y en donde el común denominador fue el derroche de dinero y la compra de conciencias.

En el Senado de la República y la Cámara de Representantes –con muy contadas excepciones-  no hubo renovación y sus nuevos miembros en su gran mayoría, son herederos de los parapolíticos que hoy se encuentran presos y que se niegan a perder el poder.

En cuanto al Parlamento Andino, el voto en blanco se impuso frente a los demás aspirantes, gracias a las campañas de algunos partidos que optaron por no postular candidatos y para permitir que la ley que elimina la elección directa en este organismo pueda entrar en plena vigencia.

Pero el gran ganador de la jornada fue la abstención, si se toma en cuenta que el censo electoral –según la Registraduría Nacional del Estado Civil- está integrado por 32.835.856 ciudadanos aptos, de los cuales el 56.42% no concurrió a las urnas. La participación total fue de 14.310.317, 43.58%. 1.485.567 votos fueron anulados y 842.615 no fueron marcados. Lo cual señala la necesidad de reformas en el tarjetón y una mayor pedagogía electoral. En 2010, la votación sumó 13.209.389 sufragios.

Análisis por partidos

Tomando en cuenta los resultados electorales, los partidos de la Unidad Nacional (U, Liberal y Cambio Radical), fueron los grandes ganadores con 47 curules en el Senado, que sumados a los 11 grandes electores del Partido Conservador, afectos al santismo, constituyen la mayoría en esta corporación.

En el Senado Ganó el Partido dela U., con 21 curules, siete menos que en 2010, algunas de las cuales le fueron cedidas esta vez al uribismo y otras al conservatismo, en este caso, por decisión de sus miembros de retornar a su partido de origen.

El conservatismo que había obtenido 22 curules en 2010, alcanzó en esta ocasión 19 cupos para el Senado. Las dos sillas restantes le fueron cedidas al Centro Democrático, que por su parte logró 20 escaños.

Sin embargo, la lista del uribismo no es vista por los analistas como una de las ganadoras, dado que los cálculos de sus dirigentes, incluido el expresidente Álvaro Uribe Vélez, quien la encabezaba era de 30 de sus miembros para el Senado, máxime si venía de una campaña de más de un año y aún se mantenía latente el nombre que impuso durante ocho años de gobierno con  la denominada “Seguridad Democrática”.

Entre los elegidos de "la mano firme y el corazón grande" figuran muchos de los herederos de la parapolítica, miembros de empresas políticas familiares y cuestionados personajes que hoy se amparan bajo las lineas de algunas columnas de periódicos. Su elección fue el producto de la inercia que generó Uribe con su lista cerrada. 

El Partido Liberal, que mantuvo sus 17 curules para Senado, no superó las expectativas y su cabeza de lista Horacio Serpa Uribe, considerado el motor para la recuperación roja, no logró hacer andar la maquinaria, ni siquiera en su propio departamento Santander, en donde las cifras fueron muy pobres. Tampoco hubo renovación en sus filas. Juan Manuel Galán, que iba con el número 100 de la lista liberal y quien mantuvo una disputa con Serpa por la prevalencia de la lista, temía ahogarse al iniciar los escrutinios, pero después repuntó superando la barrera de los 75 mil sufragios.

Este partido fue el mayor elector en la totalidad del Congreso, pues detenta 39 escaños en la Cámara de Representantes.

Cambio Radical aumentó un escaño, pero tampoco su cabeza de lista Carlos Fernando Galán, logró una votación considerable, pese al respaldo por la cercanía de su jefe Germán Vargas Lleras con el presidente-candidato, Juan Manuel Santos. Galán quedó de segundo después de Arturo Char, quien  remolcó esa lista, especialmente en la costa Caribe. Germán Varón Cotrino, uno de sus notables, quien pasó de la Cámara al Senado, alcanzó a superar los 70 mil sufragios.

Los verdes mantuvieron sus cinco curules. Tampoco hubo mayores cambios, a no ser por el ingreso de Antonio Navarro Wolf y Claudia López, esta última, quien hace su primera incursión en la política, pero cuya votación fue inigualable.

En las elecciones pasadas, esta colectividad había logrado ingresar por la puerta grande a la política, gracias al impulso que le dio Gilma Jiménez (fallecida) y quien era considerada la mayor electora del país con más de 200 mil votos.

A Opción Ciudadana aunque perdió numerosas curules en el Senado, el influjo de los parapolíticos que siguen manejando tras bambalinas al partido, le permitió mantenerse vivo con cinco escaños. En este partido el mayor elector fue con más de 100 mil votos Mauricio Aguilar Hurtado, hijo del exgobernador Hugo Aguilar, preso en la Picota por parapolítica y cuyo hermano es  el gobernador de Santander Richard Aguilar.

La mayor fuerza de este partido proviene de sus fundadores los ex senadores Luis Alberto Gil, y de Álvaro García Romero, condenados por parapolítica. La esposa del primero, Doris Vega y la hermana del segundo, Teresita García, fueron elegidas a la Cámara Alta.

Otro de los elegidos es Antonio José Correa cuestionado por su cercanía a las empresas de Enilce López, la ‘Gata’.

Este partido que ha cambiado tres veces de nombre (Convergencia Ciudadana – Partido de Integración Nacional – PIN y Opción Ciudadana), logró igualmente mantener en la Cámara a cuestionados personajes de la política nacional.

Según los analistas, estos congresistas, muy seguramente se sumarán a las fuerzas uribistas, para impedir el paso a las normas complementarias de los esfuerzos de paz en La Habana, Cuba.

En el Polo, que obtuvo en el 2010 más de 840 mil votos, en esta ocasión apenas superó la barrera de los 500 mil, quedando casi en su justa proporción, pues según dicen, muchos de sus antiguos electores pertenecientes a otros partidos, se han desencantado de una izquierda que parece haber entrado en el marasmo.

Es indudable, dicen los politólogos, que a esta colectividad la afectó en su estructura los escándalos del carrusel de la contratación en Bogotá y las peleas internas que provocaron el deslizamiento de algunos de sus dirigentes hacia la Alianza Verde.

No obstante  Jorge Enrique Robledo, en Senado y Germán Navas Talero en la Cámara, salvaron al Polo, que logró cinco curules.

No puede quedar por fuera de este análisis el Partido MIRA, que hasta las elecciones de 2010 era visto como un rival de peso en la política nacional. Esta colectividad no alcanzó los votos suficientes para mantenerse en el Senado de la República, pero gracias a la elección de dos de sus candidatos en Valle, Bogotá y por la circunscripción en el exterior, su personería jurídica sigue viva.

Al MIRA le cobraron los errores de la pastora María Luisa Piraquibe y los enfrentamientos familiares por el poder al interior de ese partido.

Ahora le queda al brazo político de la Iglesia de Dios Ministerial y Jesucristo Internacional, la experiencia, para no involucrar los designios divinos con los profanos intereses terrenales y recuperarse en los próximos años, para constituirse en una verdadera opción de cambio.