lunes, 12 de noviembre de 2018

“COHONESTAR LA CORRUPCIÓN ES CORRUPCIÓN”




EL GOLDEN GATE EN SAN FRANCISCO, EE.UU.

Un puente colgante que une la península de San Francisco con el Condado de Marín, sobre la bahía de San Francisco en Estados Unidos, fue construido en solo 4 años (1933 – 1937) con una longitud de 1.280 metros y suspendido en dos torres de 227 metros de altura. Tiene una calzada de seis carriles (tres en cada dirección) y dispone de carriles protegidos accesibles para peatones y bicicletas. El puente se utiliza para el cruce de tendidos eléctricos y conducciones de combustible. Bajo su estructura, deja 67 m de altura para el paso de los barcos a través de la bahía.

La estructura de acero que en su época costó US$30 millones, fue pintada para evitar la corrosión generada por el Océano Pacífico y 81 años después sigue siendo un símbolo de la ingeniería en ese país.



EL HISGAURA EN SANTANDER, COLOMBIA


Está ubicado sobre la vía que une al sitio Curos (Piedecuesta), con Málaga, en la Provincia de García Rovira en Santander. Su longitud total es de 653 metros, de los cuales 73 son el viaducto de acceso y 580 metros corresponden a la estructura del puente atirantado. Consta de vigas de concreto construidas mediante el sistema de voladizos sucesivos, y está sostenido por 128 tirantes El sujetan cada diez metros el tablero.

Su costó fue de más de $100.000 millones de pesos (unos US$30 millones) financiados por el Gobierno Nacional.

Lo curioso es que la obra de infraestructura, que fue presentada como el puente atirantado más alto de Suramérica (148, 3 metros), 4 años después no ha podido ser entregada porque su estructura se arrugó y presenta desniveles de la viga de rigidez.

La firma constructora, la española Sacyr justifica ahora las fallas, manifestando que “en una obra de esta magnitud es muy difícil tener una línea recta”. Aunque ha sido sancionada en varias ocasiones, el Gobierno Nacional la premia con nuevos contratos por miles de millones de pesos.

Lo cierto es que en esta obra hay un componente de negligencia, facilismo en los controles y corrupción que implica no solo al Ministerio de Transporte sino también al Fondo de Adaptación Nacional, a las gobernaciones de Santander de Richard Aguilar Villa y de Didier Tavera, diputados y funcionarios de ese departamento, lo mismo que a los entes de control, que deben intervenir de oficio en su labor de fiscalización.

#DespiertaColombia.