El exrector de la Universidad de los Andes, Alejandro Gaviria, cayó en su propia red y lo que hizo en una semana de precandidato, parece haberlo arrojado al cesto de la basura en solo diez minutos.
Eso le pasa a los primíparos por “sobradores” y cuando, creen que para llegar al primer cargo de La Nación, solo bastan los pergaminos que únicamente sirven para colgar en una pared, pero se olvidan del sentido común, la solidaridad social, e independencia política.
Su peor error es no disponer desde el principio de su aspiración de buenos asesores, porque al parecer solo creen en lo que su ego les impone.
Lo que hizo lo colocó al lado de los aspirantes “tibios”, es decir aquellos que en 60 puntos prometen lo divino y lo humano, pero que al llegar (igual que el que dijo Uribe), nunca cumplen lo que dicen, por que resultan ser títeres del sistema.
“Nadie puede disputar los pergaminos académicos de Alberto”, concluyó Gaviria en respuesta en una pregunta que le formularon en la FM, en torno al nombramiento del exministro Carrasquilla como nuevo codirector del Banco de la República, en reemplazo de su esposa, quien renunció.
Pero no cuestionó el
nombramiento de Iván Duque, que más parece una “venganza” contra el pueblo que
marchó en el paro para exigir el retiro del esperpento de la reforma tributaria.
Se le olvidó que la independencia del Banco de la República se fue al traste, pues los siete codirectores, incluido su gerente general son impuestos por el mismo Presidente Iván Duque.
Y cuando habíamos pensado que teníamos al candidato perfecto para cambiar 20 años de lo mismo, quedamos otra vez en el asfalto político.
¿Ahora, quién podrá defendernos?
No hay comentarios:
Publicar un comentario