miércoles, 18 de octubre de 2017

EL PERIODISTA Y LA POLÍTICA

JOSÉ ANTONIO MANTILLA Z.

A propósito de la entrevista con la cual rencaucharon a Germán Vargas Lleras en su nominación presidencial, publicada por EL TIEMPO y CARACOL T.V. el 16 de octubre último, se nota una gran coincidencia en las preguntas de los periodistas que la realizaron (según dijeron  de manera exclusiva para sus medios) y la casualidad de las respuestas del precandidato.

Pareciera que Vargas Lleras fue quien contactó a ambos periodistas para ofrecerse como entrevistado, luego de un periplo extenso en el cual se mantuvo ausente de los medios, y darles la oportunidad a ambos de presentarlo como un esfuerzo exclusivo  (que no lo fue) en cada uno de los dos medios.

Bueno  por una parte, que no hayan desperdiciado el “papayazo” de entrevistarlo, pues como sea, es una figura pública que no puede pasar desapercibida. Pero malo es que no hayan advertido ni a los televidentes ni  a los lectores del periódico, cómo obtuvieron la primicia.

La ética no puede anteponerse al “síndrome de la chiva” y menos presentar a un personaje de su talla, haciéndole creer al público objetivo que es una entrevista espontánea, sin contra-preguntas, dejándolo, incluso  -como en el caso de Juan Roberto Vargas-, que le regañara como a un niño chiquito frente a los televidentes.

Lo menos que esperan los lectores o los televidentes, es que quienes hacen las veces de entrevistadores se coloquen en sus zapatos y pregunten lo que podrían ellos inquirir si tuvieran al personaje en frente. Es una obligación de los periodistas investigar, preguntar y aclarar lo que a la mente de cualquier lector o televidente desprevenido pueda ocurrírsele por encima de los criterios que pueda tener el personaje y si le gustan o no las preguntas.

En ninguna de las dos entrevistas (que fue la misma), el personaje se salió del libreto y los periodistas no estuvieron a la altura de su profesionalismo. Bien podría pensarse –con toda la razón-, que el director del noticiero de televisión, prefirió dejarlo que hablara sobre lo divino y lo humano, para no exponerse frente a sus respuestas salidas de tono ni mucho menos afectar al medio en el eventual caso de ser ungido como Presidente de la República.

Es entendible lo difícil que es lidiar con un personaje indescifrable como Vargas Lleras, que pareciera que padece un trastorno bipolar, pero un buen entrevistador tiene que saber cómo manejar la situación y no que el personaje lo maneje como le venga en gana frente a los televidentes.

Y les regalo esta frase que una vez le escuché a Antonio Pardo García, quien fuera mi maestro en el periodismo cuando apenas comenzaba en Caracol Radio: “Los gobiernos pasan, los periodistas se quedan”.

Y sin pretender sentar cátedra, les dejo estas pequeñas pero prácticas observaciones:


LA ENTREVISTA Y EL ENTREVISTADOR


En una entrevista, un buen periodista debe tener un conocimiento previo del personaje y muy claros los conceptos en torno al tema respecto del cual va a preguntar. Se prepara previamente y consulta varias fuentes. El buen periodista no es quien se las sabe todas sino quien sabe investigar.

Por ello es necesario tomar en cuenta las siguientes observaciones.

- No se deje manosear por el entrevistado ni mucho menos convenga con él, el cuestionario. El periodista y el personaje solo deben hablar previamente del tema general en que se funda la entrevista.

- Nunca subestime al público objetivo, pues generalmente las entrevistas convenidas o los publirreportajes, quedan en evidencia y el reportero pierde credibilidad.

- El reportero debe ser siempre respetuoso no solo frente al personaje sino con el medio, los espectadores y el público objetivo.

- Utilice siempre un lenguaje sencillo. Nunca use términos o palabras vulgares o groseras.

- Las preguntas son precisas y las contra-preguntas oportunas.

- El periodista es quien tiene el manejo de la situación y no el entrevistado.

- Si el personaje se sale del tema, el periodista debe reencausarlo o advertir que está siendo evasivo, especialmente cuando se trata de entrevistas en vivo en televisión, en radio, streaming.

- No haga preguntas en donde de antemano se sabe que el entrevistado va a responder con monosílabos (sí o no).

- Evite los conceptos propios en la entrevista (no opine).

- Siempre cuestione. El entrevistado va en esa calidad y el periodista está en la obligación de aclarar todo concepto y no dejar preguntas al aire.

- Procure siempre que responda a las preguntas bases de la información: Qué, quien, cómo, cuándo, dónde y porqué.

- Pida ejemplos y descripciones.

- Formule las preguntas mirando a los ojos al personaje. No se apegue tanto a los apuntes en su libreta, pues lo allí escrito es solo una guía para usted.

- Recuerde siempre que no hay preguntas indiscretas sino respuestas inoportunas.
- Antes de iniciar una entrevista debe saber tres cosas: Cuál es el objeto de la entrevista, porqué el personaje escogido y a dónde quiere llegar con sus respuestas.

- Para medios escritos, usted puede hacer descripciones del comportamiento del entrevistado, apoyándose en fotos; mencionar rasgos de su personalidad, etc.

- Cuando el personaje utilice argumentos o términos muy definidos dentro de su actividad o profesión (políticos, abogados, ingenieros, economistas, etc.), exíjale explicaciones en términos sencillos que puedan entenderlo desde el lego hasta el más erudito.

- Nunca interrumpa a su interlocutor, mientras esté respondiendo a una pregunta. Déjele terminar su respuesta y si es del caso contra pregunte.

- Nunca pretenda ser lo que no es, frente al entrevistado y mucho menos frente al público. Usted está entrevistando a un personaje como periodista. Cualquier otra profesión le sirve de complemento para no dejarse engañar del entrevistado o para ahondar en los temas, pero su función es eminentemente como reportero profesional.


JAMZ

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